Heridas leves
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Comúnmente conocemos como heridas leves a los golpes, cortaduras pequeñas y raspones en la piel, las cuales requieren atención menor, que puede realizarse en casa empleando antisépticos y material de curación fáciles de encontrar en cualquier botiquín de primeros auxilios.
Causas
- Caídas.
- Descuidos en el manejo de cuchillos, tijeras u otros objetos filosos, como vidrios o espejos.
- Accidentes domésticos, como los que ocurren al cerrar una puerta o ventana, o al resbalarse con algún objeto dejado en el piso.
- Al jugar, los niños son propensos a sufrir raspones y heridas pequeñas.
- Accidentes al realizar reparaciones en casa.
- Picaduras de insectos.
- Quemaduras solares.
- Quemaduras al o con electricidad, vapor, metales calientes y agua hirviendo.
- Durante la práctica de algún deporte
Síntomas
- Daños en las capas externas de la piel.
- Sangrados de leve a moderados, fáciles de controlar.
- Dolor y ardor en la zona afectada.
- Moretones.
- Pequeñas ronchas.
Diagnóstico
- A través de la revisión a simple vista.
Prevención
- Poner especial atención cuando se realicen actividades que impliquen riesgo.
- Los juguetes de los niños no deben tener bordes puntiagudos o filosos.
- Retirar objetos u obstáculos de los lugares de paso frecuente, tanto en la casa como en el trabajo, ya que pueden ocasionar una caída.
- Tener cuidado cuando se utilizan herramientas en labores de reparación o acondicionamiento en el hogar.
- Utilizar las protecciones adecuadas al practicar deportes de o, como futbol americano o artes marciales, así como usar el calzado más adecuado.
- Las heridas de este tipo son muy frecuentes, por ello es recomendable contar con un botiquín de primeros auxilios en el que se incluyan antisépticos y material de curación.
Tratamiento
- La herida y la piel que la rodea deben lavarse muy bien con agua hervida y jabón.
- Si hay tierra en la herida, procura retirarla en su totalidad con algodón o gasa limpios, y pinzas estériles. La presencia de basuritas puede ocasionar una infección.
- Se recomienda el uso de antisépticos para limpiar la herida y piel que la rodea con algodón; humedecelo en la solución y oprime ligeramente.
- Cubre con una gasa que permita ventilación, y sujétala con tela adhesiva o microporosa. Revisa periódicamente para cuidar la evolución de la herida y vigilar que no se presente una infección.
- Si el dolor y las molestias son intensas, como ocurre por ejemplo con los golpes en la cabeza, puedes recurrir a algún analgésico de libre venta.